miércoles, 22 de junio de 2011

Un Mundo sin DEUDAS


¿Qué ocurriría si nadie le debiera nada a nadie?

Vamos por la vida rindiendo cuentas, desde que nacemos hasta que morimos. Buscamos hacer y devolver favores a cuenta de aquellos que en su momento recibimos. Sopesamos nuestras acciones según el valor de aquello que recibiremmos a cambio, y si hay un desequilibrio, creamos una deuda que buscaremos saldar tarde o temprano.

Si yo te debo algo, me percibo varios centímetros por debajo de ti y dejo de tratarte como igual para comenzar una "nueva" relación contigo. Esta nueva relación, más tensa que la anterior, conlleva un sentimiento de culpa y unas nuevas normas, en las que lo que antes estaba prohibido comienza a permitirse.

En un mundo sin deudas estaríamos, siempre, al mismo nivel.

En un mundo sin deudas seríamos libres de elegir qué hacer y cómo hacerlo, y lo haríamos sin pensar en "aquella persona" que en su momento nos ayudó a algo y que "deberíamos" corresponderle. Simplemente lo haríamos, sin más motivación que la que surgiera de nuestro interior.

En un mundo sin deudas, los paises dejarían de temer represalias, dejarían de ponerse a merced de aquel que ha "salvado" su economía a cambio de sus almas, y las de 1000 generaciones venideras. Los paises serían libres de crecer sin un tope impuesto por aquellos que temen que les superen.

En un mundo sin deudas los bancos, tal y como los conocemos, no tendrían sentido.

En un mundo sin deudas, dejaríamos de "tener que" pagar por aquello que hicieron nuestros predecesores. Pago que, por otro lado, nadie tiene la capacidad de decidir cuándo acaba, porque cuanto más se alargue, más "me llevo".

En un mundo sin deudas, todo el bien que hiciéramos, lo haríamos sabiendo que la única consecuencia es el bien en sí mismo. Y la persona que recibiera ese bien podría hacerlo desde la tranquilidad, libre de miedos, porque sentiría que la única intención de la otra persona es proporcionarle ese bien.

En un mundo sin deudas pensaríamos menos, MUCHO menos, y nos dejaríamos guiar por nuestra intuición. A la hora de hacer algo no pensaríamos en si nos compensa lo que vamos a conseguir de la persona ayudada "gracias" a nuestra acción, simplemente la ayudaríamos.

En un mundo sin deudas, los hijos estarían con sus padres por el simple hecho de querer estar con ellos, no porque "debo" o "tengo que", o por todo lo que han hecho o dejado de hacer por mí... lo harían simplemente por querer compartir ese momento de su vida con ellos.

Puede que no estemos preparados todavía para tener un mundo sin deudas, los cambios requieren de un proceso que comienza en cada uno de nosotros, y pasa por darnos cuenta de cómo actuamos ahora. Por eso os propongo 2 cosas:

1- Vamos a ser más conscientes del por qué de las cosas que hacemos, dejemos de engañarnos. Como dijo Nikola Tesla "El hombre siempre tiene dos razones para hacer algo: Una buena razón y la Verdadera razón". Seamos sinceros, aunque sólo sea con nosotros mismos, y veremos como nuestra forma de hacer las cosas y de relacionarnos con los demás va cambiando.

2- Hagamos (o demos) algo, de forma anónima, a alguien que lo necesite. No tiene que ser grande ni llamativo, cualquier pequeña cosa sirve :o).

Poco a poco podemos lograr cambios que ni siquiera podemos imaginarnos, y esos son los buenos, los que no podemos imaginarnos, porque requieren que hagamos algo que nunca habíamos hecho.

Muchas gracias por estar ahí!

María MD.
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jueves, 2 de junio de 2011

Una Pulsera para Cambiar el Mundo

Todos, en algún momento, hemos querido cambiar el mundo. Cualquiera de nosotros nos hemos imaginado en un mundo distinto, mejor o que, simplemente, se adecúa más a nuestra visión de las cosas. También la mayoría de nosotros hemos hecho algún intento para que ese cambio fuera un hecho, pero al enfrentarnos a algo de tales dimensiones, hemos desistido en el intento, sintiéndonos pequeños y sin posibilidades.

¿Cuál es el motivo de que, por mucho que nos esforcemos por cambiar el mundo, éste parezca que no quiere hacerlo? El motivo es que nos estamos enfocando en el objetivo equivocado. Buscamos cambiar el exterior manteniendo el mismo interior, es decir, "buscamos resolver problemas pensando de la misma forma que cuando los creamos" (Einstein). En lugar de intentar cambiar el entorno para adecuarlo a nuestra visión, es mucho mejor comenzar por modificar el interior para permitirnos "ver" con libertad y con todas las opciones disponibles.

Nuestra percepción crea nuestra realidad, y la percepción depende de nosotros, NO del entorno. Si modificamos nuestra percepción del mundo, dejamos de verlo como algo que temer y contra lo que luchar, nos enfocamos en lo que es positivo para nosotros, en vez de en lo negativo, y sonreímos más, el mundo comienza a cambiar.

Ya sé que decir todo está muy bien pero, y ahora, ¿Cómo lo hacemos?...

Tenemos a mano una sencillísima forma de transformar esas emociones negativas, ese miedo y esa alerta constante a la que respondemos sintiéndonos heridos y traicionados. Hay un sentimiento que ANULA la rabia, el victimismo, el miedo y la decepción, y ese sentimiento es la GRATITUD.

Después de darme cuenta de esto decidí crear la "Pulsera de Gratitud" y el "Proceso de Gratitud para el Cambio de Percepción", porque para cambiar el mundo necesitamos comenzar por cambiar nuestra percepción de él, y el sentimiento que más cambios produce es el de la gratitud.

Si quieres que te envíe la Pulsera de Gratitud junto al Proceso de Gratitud para el Cambio de Percepción, puedes solicitarlo aquí: Proceso de Gratitud

Cuántos más seamos, más rápido comenzará el cambio. Tú puedes hacerte tu propia Pulsera para Cambiar el Mundo, coge un cordoncito, un hilo, o cualquier pulsera que para ti no tenga ninguna connotación emocional y póntela. Funciona como recordatorio. Cada vez que la mires, comprométete a darle las gracias a alguien o a algo que tengas a tu alrededor, como "Gracias por el solecito que me entra por la ventana" o "Gracias por sonreirme al darme los buenos días", da igual. Verás como tu percepción de las cosas va cambiando conforme pasan los días.

"Cuando nos sentimos agradecidos nuestra visión se expande y nuestra percepción cambia" María MD.

Muchas Gracias por tu tiempo, ¡Vamos a cambiar el mundo! :o)

Un abrazo,
María MD.
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